El 6 de septiembre de 1981, el Rector de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, conforma una Comisión de Estudios de Factibilidad para el desarrollo de la carrera de Abogacía. Con las conclusiones obtenidas se eleva el pedido de creación al Poder Ejecutivo Nacional. El 3 de septiembre de 1982 por Decreto N° 519/82, se crea la carrera de Abogacía de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, que posteriormente, es aprobada por Resolución Rectoral N° 021/82.
A partir de ese momento, se organizan las acciones para el desarrollo de la carrera y se da inicio en 1983 a la primera cohorte de la carrera de abogacía.
Con la refundación del estado democrático, a mediados de 1984 se propone un nuevo plan de estudios, novedoso para su época y con una real identificación de los valores democráticos conforme a la realidad histórica de nuestro país, siendo la primera carrera de abogacía que en su currícula tiene la materia “Derechos Humanos”. Es por ello que se propuso un modelo de carrera que concibe al “abogado/a” no como mero litigante sino como profesional comprometido con su tiempo y con la realidad.
En sus inicios, la carrera de Abogacía funcionó en la sede de la Escuela Nacional Normal Superior “Antonio Mentruyt” y posteriormente en el Colegio Nacional “Almirante Brown” de Adrogué. El 7 de noviembre de 1986 la Asamblea Universitaria, mediante Resolución del Consejo Superior N° 121/86, crea la Facultad de Derecho.
40 años formando profesionales con compromiso en la defensa de los derechos fundamentales y garantes de la Constitución.
El 6 de septiembre de 1981, el Rector de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, conforma una Comisión de Estudios de Factibilidad para el desarrollo de la carrera de Abogacía. Con las conclusiones obtenidas se eleva el pedido de creación al Poder Ejecutivo Nacional. El 3 de septiembre de 1982 por Decreto N° 519/82, se crea la carrera de Abogacía de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, que posteriormente, es aprobada por Resolución Rectoral N° 021/82.
A partir de ese momento, se organizan las acciones para el desarrollo de la carrera dando inicio en 1983 a la primera cohorte.
En el marco de la refundación del estado democrático, a mediados de 1984, se propone un nuevo plan de estudios, que resulta novedoso para su época y con una visión democrática, conforme a la realidad histórica de nuestro país, siendo la primera carrera de abogacía que, en su Plan de Estudios, tiene la materia “Derechos Humanos”. Esto nos sitúa en un nuevo paradigma, que concibe a las/los “abogada/o” no como mero litigante sino como profesional comprometido con su tiempo y con la sociedad.
En sus inicios, la carrera de Abogacía funcionó en la sede de la Escuela Nacional Normal Superior “Antonio Mentruyt” y, posteriormente, en el Colegio Nacional “Almirante Brown” de Adrogué. El 7 de noviembre de 1986 la Asamblea Universitaria, mediante Resolución del Consejo Superior N° 121/86, crea la Facultad de Derecho.
La Facultad en el año 1994 inaugura su propia casa dentro del campus universitario. Esto permitió una mayor amplitud de la oferta académica. Así, comienza un período de gran desarrollo en las funciones sustantivas que como institución universitaria tiene.
Desde sus inicios, se pensó en una Facultad que trascienda sus muros y se ponga en diálogo, comprenda y trabaje en forma mancomunada con la comunidad.
En 2017 el Ministerio de Educación de la Nación, declaró de interés público a todas las carreras de Abogacía del país, incorporándola al régimen del artículo 43 de la Ley de Educación Superior. Esto implicó que se sometieran a los procesos de evaluación y acreditación ante la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU). Transitamos estos procesos logrando la acreditación de nuestra carrera de abogacía por el máximo período, que es de 6 años. Lo que nos posiciona como una de las Facultades más prestigiosas del país.
La pandemia, producto del covid-19, encerró y paralizó el mundo, pero nuestra Facultad no se cerró, dejó sus aulas tradicionales para mudarse a las virtuales, asumiendo un desafío inédito e impensado, con la convicción de garantizar el derecho a educación y las trayectorias educativas de las y los estudiantes.
Hoy más que nunca, se mantienen vigentes los principios y valores fundacionales de esta Facultad, sustentado la educación pública, gratuita, inclusiva, equiqtiva y de calidad.
Esta Facultad de Derecho asume su historia, trabajando en el presente, construye posibles, impulsando un futuro auspicioso y esperanzador.
Este camino recorrido, nos identifica con el pensamiento de Paulo Freire: “La Educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar al mundo”.